Es sorprendente que Montalbán con poco más de mil habitantes, tenga dos clubes de lectura. Lo comparamos con lo que tenemos por aquí: Oliva, 22.000 habitantes, cero grupos de lectura; Gandia, 80.000 habitantes, dos. Esto es una proeza. Es un interés por la lectura apabullante, una participación cultural que revienta las estadísticas.
Se ve además en los libros que rebosan la biblioteca de Montalbán, en la amabilidad y preocupación para que nos sintiéramos cómodos, en constatar que nuestro libro se ha leído y se ha leído bien, pues estos lectores han indagado en el fondo y en la superficie, han descubierto con descaro las claves con que hemos construido personajes y trama, han preguntado, han opinado y han transmitido la pasión por la lectura.
Por nuestra parte agradecer la oportunidad de poder bajar a la arena con nuestros lectores y así palpar el sorprendente efecto que provocaban en receptores de carne y hueso unas palabras escritas en soledad destinadas a un público abstracto, sin rostro ni nombre. Para un escritor esto no tiene precio, hasta el punto de que, asistiendo al club de lectura, tenemos la feliz certeza de que lo que habíamos escrito había sido para esto, para proponer un texto como pretexto para hablar.
Conmovidos por la exquisitez intelectual del club de lectura del CP Pablo Serrano de Montalbán sólo nos queda animarles a que continúen con sus lecturas y puestas en común.
Seguiremos en contacto.
Hola Andrea Robles. La suerte fue nuestra, los lectores, de redescubrir vuestro libro con vuestros comentarios y ese magnífico análisis tanto de la trama como de los personajes.
ResponderEliminarUn saludo y esperamos una segunda aventura de Jordi.